Ricardo Greene, sociólogo, urbanista y doctor en antropología, lleva 14 años estudiando el empleo doméstico, las élites y el racismo. En 2008 hizo un corto documental donde abordó la larga cadena de empleadas que habían pasado por su familia, a través de 5 mil fotos que recopiló desde 1912 en adelante. Greene buscaba demostrar con su propia historia esa “falsa familiaridad” que, según dice, invisiviliza políticamente el trabajo doméstico, una precariedad que el coronavirus ha desnudado: “Las pueden despedir contagiadas de covid-19 y sin pagarles el mes de aviso”, explica.
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